Las micro y pequeñas empresas tienen una participación creciente en la economía del país. Aumentan, en la misma medida, la competencia y los retos a superar. Y, para ello, vale utilizar todos los recursos disponibles para mantenerse competitivo, lo que es una máxima también en las grandes empresas. Evaluar el acondicionamiento de su producto considerando las diferentes etapas es un paso importante en ese proceso, pues el embalaje impacta incluso en el precio del flete.
De hecho. De la producción al consumo, el embalaje ejerce influencia sobre diversos aspectos además de su función primaria y no menos importante de proteger el producto. A comenzar por el proceso de empaque, que podrá cambiar radicalmente a partir de la elección del tipo, formato y de la materia prima empleada.
En las etapas siguientes de la misma manera, teniendo en cuenta que el tamaño del embalaje podrá demandar más o menos tiempo, personas y estructura física para almacenar y transportar los productos. Es decir, afecta la logística como un todo.
¡Es ahí donde entra el flete!
El costo del transporte tiene relación directa con el embalaje, base para el cálculo del peso cubado. Este referencial se obtiene multiplicando entre altura, anchura y longitud del embalaje por el factor de cobertura, un índice que varía de un transportista a otro.
El resultado de este cálculo se compara con el peso bruto del producto. El mayor de ellos se utiliza entonces para definir el precio del flete. Esto es, si el área ocupada es proporcionalmente mayor que el peso del producto, será la base para el cálculo. Es decir, productos ligeros, si son voluminosos, ocupan más espacio en el vehículo, y por eso tienen el flete encarecido.
Por supuesto, además del peso y dimensiones del embalaje, otros condicionantes se utilizan para definir el valor del transporte, como la distancia y la categoría del producto.
Directo al punto
Muchas empresas acondicionan sus productos en envases más grandes que el tamaño necesario o que pesan tanto como el producto que cargan. Es posible que esta decisión haya tenido en cuenta el destaque que envases mayores promueven en las góndolas.
Pero el tamaño no es la única manera de atraer la atención del consumidor. El formato y los recursos visuales, como los colores, los mensajes y el diseño, pueden y deben explorarse para fomentar las ventas.
Como hemos visto, a depender de la dimensión, el embalaje puede encarecer los precios del flete. Esta elevación de costos, si se repasa al consumidor, tiende a disminuir la competitividad del producto. Si es soportada por la empresa, puede comprometer su salud financiera.
Es necesario poner todo esto en la balanza, los puntos positivos y negativos del embalaje que usted utiliza hoy. A continuación, evaluar si, de hecho, su solución es coherente para el consumidor, pero también para su empresa. Los dos necesitan ganar.
Fuente: Indumak
Disponible en: http://blog.indumak.com.br/preco-do-frete/